¿A quien no le ha pasado nunca?, vas por la calle en un día de compras, soleado como ningún otro, el sudor no te cae por la cara directamente se tira. Has comido bien después de una maratoniana jornada de gastos inútiles para el verano y decides continuar para aprovechar el único día libre que tienes, cuando de repente y sin avisar notas un pequeño dolor en el bajo vientre. "He comido demasiado a prisa" piensas para tu interior cuando en realidad querias pensar "no me jodas que me estoy cagando" y para que confirmes tus pensamientos tu intestino te manda otro retortijón ... Y piensas "joder que me estoy cagando" por fin ha sido confirmada tu sospecha : TE CAGAS.
Tranquilo , que no cunda el pánico. Estas en pleno centro, hay miles de bares, restaurantes y demás locales públicos donde poder dejar un "recuerdo" de tan ajetreado día. Buscas y valoras las posibilidades:
- Bar Joro Bar, seguro que por joder no tienen ni servicio
- Bar Tolomé, con semejante gorila detrás de la barra cualquiera entra para pedir algo que no sea un chipinazo de aguardiente con unas gotitas de lejía para rebajar
- Bar Atito, Cerrado por el Ministerio de Sanidad, pero dentro hay un grupo de chinos jugando a la ensaladilla-ruleta rusa
Por fin encuentras uno a tu gusto: "El Paraiso" , con ese nombre quien va a dudar de su buen hacer. Así que decidido entras y para no hacer el feo te pides casi sin abrir la boca, pues el hecho de hacer fuerza para no cagarte encima te lo impide, un refresco. El sudor que mientras esperas el refresco te gotea no es ya el del calor es el que comienza a surgir por el esfuerzo y lo peor es que ya ves cerca la hora de sentarte en ese maravilloso invento del siglo XVI y parece que tu esfinter anal flaquea en su ardua tarea, ¿porque será que cuanto más cerca estamos del inodoro menos parece que podamos aguantar?.
Por fin llega el refresco y totalmente pálido, sudoroso y suplicante preguntas: "¿el servicio, por favor? y ese amable y gentil hombre tras la barra te responde : "esta estropeado" ... De un solo trago te bebes el puto refresco que te ha costado 2 Euros, el esfuerzo de seguir aguantando y un disgusto por lo mismo. Sales pitando con la lección aprendida "primero pregunta por el water, gilipollas".
Te lo replanteas y analizas: estas a menos de 5 minutos de casa ¿te merece la pena arriesgar? y decides que sí, así que corres hacia ese maravilloso lugar donde realizar tus deposiciones no es una necesidad fisiológica sino un placer. Y corres, corres y corres con el culo apretado para no dejar lo mejor de ti en tu ropa interior. Llegas a la puerta sacas la llave, ya no puedes más, tu esfínter flaquea, el sudor empapa todo tu cuerpo, abres, te bajas los pantalones mientras caminas hacia el cuarto de baño y por fin explotas en un momento de éxtasis. Miras a un lado y a otro y MALDICIÓN, NO HAY PAPEL ...
Como puedes, es decir, con los pantalones bajados y el culillo lleno de tarzanillos sales en busca de papel, pero no lo encuentras en su lugar habitual, ni en su segundo lugar habitual hasta que caes en la cuenta de un pequeño post-it amarillo pegado en la puerta del frigorifico:
Tranquilo , que no cunda el pánico. Estas en pleno centro, hay miles de bares, restaurantes y demás locales públicos donde poder dejar un "recuerdo" de tan ajetreado día. Buscas y valoras las posibilidades:
- Bar Joro Bar, seguro que por joder no tienen ni servicio
- Bar Tolomé, con semejante gorila detrás de la barra cualquiera entra para pedir algo que no sea un chipinazo de aguardiente con unas gotitas de lejía para rebajar
- Bar Atito, Cerrado por el Ministerio de Sanidad, pero dentro hay un grupo de chinos jugando a la ensaladilla-ruleta rusa
Por fin encuentras uno a tu gusto: "El Paraiso" , con ese nombre quien va a dudar de su buen hacer. Así que decidido entras y para no hacer el feo te pides casi sin abrir la boca, pues el hecho de hacer fuerza para no cagarte encima te lo impide, un refresco. El sudor que mientras esperas el refresco te gotea no es ya el del calor es el que comienza a surgir por el esfuerzo y lo peor es que ya ves cerca la hora de sentarte en ese maravilloso invento del siglo XVI y parece que tu esfinter anal flaquea en su ardua tarea, ¿porque será que cuanto más cerca estamos del inodoro menos parece que podamos aguantar?.
Por fin llega el refresco y totalmente pálido, sudoroso y suplicante preguntas: "¿el servicio, por favor? y ese amable y gentil hombre tras la barra te responde : "esta estropeado" ... De un solo trago te bebes el puto refresco que te ha costado 2 Euros, el esfuerzo de seguir aguantando y un disgusto por lo mismo. Sales pitando con la lección aprendida "primero pregunta por el water, gilipollas".
Te lo replanteas y analizas: estas a menos de 5 minutos de casa ¿te merece la pena arriesgar? y decides que sí, así que corres hacia ese maravilloso lugar donde realizar tus deposiciones no es una necesidad fisiológica sino un placer. Y corres, corres y corres con el culo apretado para no dejar lo mejor de ti en tu ropa interior. Llegas a la puerta sacas la llave, ya no puedes más, tu esfínter flaquea, el sudor empapa todo tu cuerpo, abres, te bajas los pantalones mientras caminas hacia el cuarto de baño y por fin explotas en un momento de éxtasis. Miras a un lado y a otro y MALDICIÓN, NO HAY PAPEL ...
Como puedes, es decir, con los pantalones bajados y el culillo lleno de tarzanillos sales en busca de papel, pero no lo encuentras en su lugar habitual, ni en su segundo lugar habitual hasta que caes en la cuenta de un pequeño post-it amarillo pegado en la puerta del frigorifico:
CARIÑO, NO HAY PAPEL HIGIÉNICO TRAELO DEL SUPER A LA VUELTA. TQ