El otro día hablaba con un amigo acerca de la posibilidad o no de las cosas. Él defendía que no había nada imposible, es decir , que todo es posible, a lo que rápidamente replique que hay cosas realmente imposibles como por ejemplo resbalarte en el suelo de un restaurante chino, haced vosotros mismos la prueba intentad arrastrar el pie por el suelo, ES IMPOSIBLE, y si la distancia entre tu punto y la cocina se reduce la capacidad antideslizante del suelo se incrementa. Otra cosa que es imposible es que un hombre reconozca que esta perdido. En serio vas a pasar el fin de semana a Portugal con tu pareja, no entiendes nada de lo que te dicen nuestros vecinos lusitanos, no has actualizado tu GPS y te encuentras ante una calle dirección prohibida y por la que tu GPS se empeña que es la dirección correcta a tomar y ¿qué haces?, ¿preguntas? NO!!!. Preguntarías si estuvieras perdido, pero no es el caso, sabes donde estas ... en Portugal. Después de tres horas dando vueltas por las mismas calles, de oír a los niños gritar que tienen hambre y a tu mujer repitiendo constantemente que estáis perdidos (cosa que es cierta, pero que tu condición de hombre te niega reconocer) ...detienes el coche y preguntas ... cuando subes la ventanilla y comienzas a conducir de nuevo tu mujer te suelta: “ves que fácil era, preguntando se llega a Roma”, pero tu sigues sin reconocer que te has perdido al cabo de 200 metros sueltas un : “ves por donde yo decía”.
Otro caso de imposibilidad es que un político recuerde lo que dijo hace dos años con respecto a cualquier tema. No me voy a extender sobre este tema porque todos sabemos que “donde dije digo, digo Diego”.
Pero lo que realmente me preocupa es que me es imposible saber en que piensa mi mujer. Consultados otros sabios de mi mismo sexo (es decir, los colegas del bar) llego a la conclusión que no soy el único. Ellas a nosotros nos calan desde el primer momento:
-Hola, bailas??
-¿tu eres gilipollas, no? – contesta ella.
-¿Por qué? – pregunta él
-No has visto la silla de ruedas?? – responde ella mientras su amiga le golpea la cabeza con una botella.
Pero con mi mujer es imposible, te plantea ir al cine porque hace mucho que no vamos y dices tú: vale, pues vamos. Cuando llegáis al cine comienza el dilema ella quiere ver “dos corazones unidos por un solo amor” y tu por supuesto “matanza sangrienta en el sanatorio encantado”. Ella sonriente te dice que veamos la segunda que hace tiempo que no tiene emociones fuertes (mala señal...). después de hora y media de ver como un tipo con una careta descuartiza a media docena de gilipollas adolescentes empeñados en hacer todo aquello que tu nunca harías como meterse en un sótano oscuro porque han escuchado un ruidito, o entrar en un lugar donde hay un gran cartel salpicado de sangre que pone: NO ENTRAR, salís del cine, tu sonriente y ella indignada porque no quería ver esa película, tu insistes: pero cariño si dijiste que te daba igual una que otra, a lo que ella responde que sabes que no le gustan esas películas de sangre y tripas. Entonces pregunto yo: si no les gustan ¿por qué dicen que les da igual?, ¿no pueden decir las cosas clara y directamente?.
En fin que hay cosas imposibles y ahí os he dejado algunas seguro que vosotros tenéis vuestros propios ejemplos ...