El otro día estaba leyendo un dominical de estos que regalan con el periódico los fines de semana y se me desencajó la mandíbula de tal manera que me golpee la rodilla (por supuesto estaba en ese placentero lugar donde suelen leerse los dominicales durante toda la semana...el cuarto de baño). Una vez superada la etapa dolorosa de la noticia la volví a leer para cerciorarme de que lo entendido era lo leído, y se me volvió a desencajar la mandíbula, pero esta vez el asombro dejo paso a la carcajada más sonada que jamás se haya oído en un wáter y es que Marte, ese planeta lleno de bichejos verdes con malas intenciones que suelen suplantar a tus vecinos o comerse a tus familiares, tienen bandera. Es tricolor con franjas verticales de color rojo, verde y azul (de izquierda a derecha). Lo más gracioso de todo es que esta bandera tiene la aprobación de The Mars Society, la cual por supuesto no está formada por extraterrestres bicéfalos sino por capullos integrales que se creen todas las novelas que leen sin que nadie les haya advertido nunca que es mentira lo que leen. Los colores se basan en la trilogía de Kim Stanley Robinson, Marte Rojo, Marte Verde y por supuesto Marte Azul, los cuales representan las hipotéticas fases de terrificacion del planeta por parte de los humanos. ¿No van a estar cabreados los jodidos bichejos si ya les hemos plantado bandera y encima queremos invadirlos?. Resultará que Will Smith ya no será el salvador del mundo sino un cabrón invasor de Marte (nunca mejor dicho). Y es que la banderita de marras ya ondea en el espacio desde que se la llevó John Mace Grunsfeld a bordo del Discovery (que por cierto es muy buen canal de documentales).
Así pues queridos amigos si veis a un ser del espacio exterior en su jardín o intentando suplantar a alguien de su entorno mas cercano, no le dispare convénzale que todo eso de la banderita es invención de un grupo de tarados llamados norteamericanos comandados por el capitán interestelar George “Skywalker” Bush y que harían bien en hacer como en las películas que ellos mismos se producen, pobrecitos, es que todas las desgracias pasan en Norteamérica...invasiones alienígenas y comunistas, maremotos, terremotos, cometas desviados de su rumbo original cuyo único fin es estamparse en Washington, incendios y un largo etcétera que el cine catastrofista estadounidense tan solo es capaz de reflejar ...