Lo insolito llega a lo culinario. Increible pero cierto de nuevo. El Dr. Eady es un cientifico neocelandes que conjuntamente con otros cientificos japoneses (quien si no) estudian como aislar el agente que produce el que cada vez que pelamos y picamos una cebolla nos haga llorar. El Dr. Eady que trabaja para la compañia de investigacion culinaria "Crop and Food" explicó que la cebolla se halla en un estado de desarrollo pero que si las investigaciones siguen avanzando en línea en la que lo hacen podría convertirse en "el estandar de cebolla utilizado en todas las casas" gracias al hecho de aislar la enzima que produce el lagrimeo que se produce al respirar el gas que desprende. No se hasta donde podran llegar los investigadores pero si consiguen la cebolla que no hace llorar tal vez algún día tambien consigan eliminar el elemento casual que siempre hace que tu ordenador se cuelgue cuando mas lo necesitas, o incluso eliminar la secrecion de hormonas que hace que los hombres se duerman después de hacer el amor o incluso podrían hacer que estos mismos fregaran después de comer y no lo hacen con la absurda excusa de ver el telediario cuando en realidad lo que hacen es dormirse después de babear al ver la presentadora (realmente hay alguien que resista la ardua tarea de ver un telediario completo??). Quizas en un futuro puedan eliminar el gen que hace que los hombres siempre quieran tener razon o consigan mejorar el sistema circulatorio para que las mujeres no tengan dolor de cabeza cuando tu necesitas sexo o se desactive cuando después de una dura jornada de trabajo en el aserradero tu mujer te pide buscar un hermanito para tu pequeña. Sea como sea seguro que destrás de cualquier cambio que halla en nuestras vidas hay un pequeño ser humano con los ojos rasgados (veran en cinemascope??) con una vida tan aburrida como la de cualquier diseñador grafico que se dedica a colgar fotomontajes acerca de presidentes o animales (en el caso de Norteamerica no esta clara la diferencia) en la red para demostrar sus habilidades (con las cuales nos descojonamos, por cierto), yo mientras tanto seguire pelando cebollas a la antigua usanza y llorare a cada cuchillada cual infante al perder un caramelo ... llamenme tradicionalista.
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