“El Pocoyo, la moto squash, 30 boletos para la Wii”...efectivamente amigos vengo de la feria. Algo realmente horroroso. Encuentras más personas por metro cuadrado que en las rebajas del Corte Inglés, con la excepción que no te pegas por pillar la prenda deseada sino por subirte a un tren donde un tipo disfrazado de bruja con una escoba te va arreando castañazos cada vez que pasas por su lado por la módica cantidad de 6 Euros, eso en mi pueblo es masoquismo, máxime cuando eso mismo es lo que me espera en casa cada noche que salgo de marcha y la parienta me espera levantada, salvo que ella se lleva toda la paga y me deja a mí con la escasa cantidad de 6 Euros.
Además no es de extrañar que con el paso de los años escuchemos a las madres quejarse de que sus hijos son drogadictos si los montamos en su más tierna infancia en unos aparatos cuyo fin es hacerte soltar la primera papilla a base de vueltas, giros, saltos bruscos y música hard core a máxima potencia. Está claro, si con la tierna edad de 5 años eso les gusta con 18 no nos quejemos de que llegue a casa a las 10 de la mañana vomitando y mareado, lleva 13 años mamándolo en las ferias...!!!
Otro punto de las ferias son los vendedores ambulantes, te meten la espadita de luces por los ojos, cojones!!! Que como en su inmensa mayoría son extranjeros hacen como que no te entienden y tu sentado con tu tapita y tu cervecita y ellos: “compra, compra??” tu suegra te ataca porque eres un tacaño y no le compras nada al niño y ellos “compra, compra??” y tú que nones, el niño empieza a llorar, no porque quiera la espadita de luces a lo Luke Skywalker sino porque mientras el vendedor te mete la espadita en la cara está golpeando al niño en la cabeza con la bola que gira y por supuesto...tiene lucecitas de colores. Cuando el vendedor se va el niño ya no hay quien lo calle y además no ve cegado por las putas lucecitas de colores, tu suegra te sigue atacando por tacaño y eso que las tapitas y las cervezas, las cuales ya se han enfriado y calentado respectivamente, las pagas tu, y lo peor no es eso sino que tu mujer, toda solidaridad con la madre que la parió, le da la razón a la vieja. Por lo cual decides beberte la cerveza caliente de un trago y llamar a otro vendedor ambulante cercano, siempre hay uno...y comprarle al niño la espadita de luces, con lo cual se calla, tu suegra te sonríe y tu mujer te da un besito de cariño...todo felicidad??, pues no porque no habéis hecho mas que empezar a caminar camino de los cacharritos de la feria cuando el niño tropieza, se cae y se golpea la cara con la dichosa espadita de colores, a lo cual acto reflejo se dispara la lengua de tu suegra: ”claro si es que le compra unas cosas al niño que no son normales”
Estoy convencido que las ferias las organiza un tipo con el único deseo de ver como los demás nos jodemos entre música estridente, brujas con escoba (con todos mis respetos hacia mi señora esposa y suegra), vendedores porculeros y niños llorones. Para colmo después de patear la feria una y otra vez, a ver porque coño nos las harían circulares porque cojas por la calle que cojas siempre terminas pasando por la tómbola para ir camino al coche. Ese maravilloso vehículo que será tu transporte hacia la tranquilidad del hogar, la paz de tu habitación, el silencio de la cocina...¿que coño es ese reflejo? Y ¿esos cristales en el suelo junto a la puerta?...LA OSTIA PUTA!!! Ya me han robado la radio como el año pasado, aquel en que el niño se harto de llorar por un juguete de colores y mi suegra y mi mujer se enfadaron porque fui yo quien se lo compro...Lo dicho las ferias para los feriantes y las espaditas de colores para Luke Skywalker y para su puta madre...!!!
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